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Bangladés quiere reactivar su industria de la seda

Por AFP

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Bangladés quiere revitalizar su industria de la seda, una de las más antiguas del mundo, golpeada en los últimos años por la competencia de las sedas chinas más baratas.

El distrito de Rajshahi, en el nordeste de este país del sureste asiático de 160 millones de habitantes, cerca de la frontera con India, es conocido desde hace mucho tiempo por su seda de gran calidad, producida por gusanos alimentados con hojas frescas de morera.

Pero el número de criadores de gusanos de seda se ha reducido drásticamente, a unos 2.000 contra 10.000 hace apenas unos años. "La sericultura tiene grandes perspectivas si podemos desarrollarla correctamente", declaró a la AFP Abdul Hakim, director del Consejo de Desarrollo de la Seda de Bangladés.

El comercio de la seda bangladesí sufrió un duro golpe en los años 1990 y 2000 ante la importación masiva de seda china a un precio más bajo, que inundó el mercado local.

Pero con una economía en plena expansión --casi 7,9% de crecimiento en el ejercicio fiscal 2017/18--, la demanda de seda de Rajshahi aumentó. El gobierno puso en marcha un plan de varios millones de dólares para reactivar esta industria y crear cientos de miles de empleos.

"El plan es traer expertos chinos para formar a nuestros criadores. Esto aumentará nuestra producción de seda", explica Abdul Hakim.

Un sari de seda de Rajshani de calidad media cuesta unos 100 dólares, pero las piezas más refinadas pueden superar los 250 dólares en el mercado local.

Este elevado precio se explica por un proceso de fabricación sumamente minucioso.

La seda en sí está producida por larvas de mariposa alimentadas con hojas de morera frescas. Al cabo de unos 40 días, los gusanos empiezan a formar capullos con una saliva que se condensa en torno a su cuerpo.

Una vez recogidos, los capullos se sumergen en agua hirviendo para matar la larva en su interior y separar el hilo ultrafino que forma el envoltorio. Este se devana en grandes carretes y se ponen a secar.

"En cada crisálida hay unos 500 metros de hilo fino", explica Akhi Akter, supervisora en la fábrica de seda de Sopura, una de las principales del país.

Los hilos secos se envían al taller, donde los obreros los unen antes de proceder a su tejido en un telar. La tela resultante se hierve, se lava y se envía a los modistos para que confeccionen sus saris, túnicas y chales.(AFP)

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